Es una interferencia en el nervio espinal (alojado en la columna vertebral) que impide la correcta comunicación entre cerebro y cuerpo, consecuencia de impactos físicos que recibimos del exterior (caídas, accidentes), de malas posturas y/o tensiones psíquicas y emocionales.
Aunque la Quiropráctica no está dirigida a tratar síntomas, hay una gran variedad de problemas que se resuelven o mejoran al ajustar la columna, entre los que podemos incluir: dolor cervical, lumbago, migrañas, vértigo, reumatismo, dolor generalizado, desequilibrio, rigidez articular, hipertensión arterial, ansiedad y tendinitis. Es de gran ayuda para la mujer embarazada, ayuda a los niños a crecer y aporta mejor calidad de vida a las personas mayores.
Numerosos estudios científicos han avalado la eficacia y efectividad de la Quiropráctica en el tratamiento del dolor de espalda frente a los tratamientos convencionales, con gran satisfacción por parte de los/las pacientes y mucho menor coste.
El tratamiento es fundamentalmente manual (o con un instrumento tipo activador o integrador), siendo característica única de nuestra profesión el ajuste vertebral manual específico que consiste en una presión específica, rápida e indolora en la dirección de corrección de la posición del hueso.
La Quiropráctica es un tratamiento natural, sin el uso de fármacos, no invasivo que despierta el poder innato del cuerpo para curarse a sí mismo y que pone énfasis en la responsabilidad de cada persona sobre su salud, en la buena nutrición, el ejercicio físico, el control del estrés y la buena postura.