Adaptaciones musculoesqueléticas en el embarazo normal
Durante el embarazo se producen importantes cambios en el sistema músculo esqueléticos que son propiciados por los cambios hormonales. Las hormonas que facilitan los cambios biomecánicos son la progesterona, los estrógenos y la relaxina. Esta última relaja la tensión de los ligamentos de todas las articulaciones y también reduce el tono muscular, relaja el cérvix y disminuye la motilidad uterina. Esta mayor laxitud ligamentosa conduce a la relajación de las articulaciones que junto con el aumento progresivo del peso, conduce a un desplazamiento del centro de gravedad con un aumento de la lordosis lumbar y posición de la pelvis en extensión.
El incremento de la lordosis lumbar produce efectos de acortamiento e hipertonicidad en la musculatura lumbar y cambios en la distribución de las cargas y en la mecánica de las diferentes articulaciones de la columna, de los discos y de los ligamentos. También la articulación lumbosacra, el sacro, el pubis, el coxis y los ligamentos iliolumbares sufren estrés. Para compensar el cambio en la columna lumbar la columna cervical se sitúa en flexión y en la columna torácica se produce aproximación de los hombros. Esta adaptación puede provocar parestesias (adormecimiento) en los brazos.
La quiropráctica en el dolor de espalda asociado a la gestación
Además de los cambios posturales, en la elasticidad ligamentosa y en la mecánica músculo esquelética mencionados, se producen cambios en la deambulación, todo lo que en conjunto tiende a producir estrés ligamentoso e inestabilidad por cambios en las fuerzas internas de las articulaciones. Esto compromete la integridad del sistema esquelético y de los tejidos blandos (discos y ligamentos) y produce disfunción mecánica de las articulaciones, que llega a causar dolor lumbar, cervical o dorsal, en el 50 al 85% de las mujeres embarazadas. Por el mismo motivo otras fuentes de dolor entre las mujeres embarazadas son el coxis, las articulaciones sacroiliacas, la sínfisis del pubis, así como neuralgias del ciático, mediano o cubital, y calambres musculares.
El dolor en el parto
En el estudio de Diakow se demuestra que existe una asociación estadísticamente significativa entre haber sufrido dolor durante el embarazo y sufrir un parto doloroso. También se comprobó estadísticamente que las pacientes que habían tenido manipulación espinal quiropráctica durante el embarazo, tuvieron menos dolor durante el parto. Además, estudios científicos demuestran acortamiento significativo de la duración del parto en las mujeres que han seguido cuidado quiropráctico periódico durante la gestación.
Para el bebé en gestación
A medida que el bebé crece, el útero se expande. Cuando la pelvis se encuentra en un estado de equilibrio, los ligamentos que lo sostienen son una suspensión adecuada para el útero. El desequilibrio de la pelvis puede provocar restricciones intraútero que limitan el espacio en el que se desarrolla el feto. Debido a su rápido crecimiento, la columna y sus componentes asociados, son muy sensibles a fuerzas biomecánicas asimétricas, que pueden influir en el desarrollo morfológico de los huesos, cartílagos, músculos y ligamentos fetales produciendo cambios en su crecimiento. Se ponen en relación con las restricciones uterinas la escoliosis postural, la tortícolis, la asimetría y dislocación mandibular o la asimetría de los huesos de la cara, el pie equino varo y la dislocación de cadera. La experiencia quiropráctica demuestra que muchas veces la desalineación de la pelvis o la columna lumbar pueden provocar que el feto no se desarrolle correctamente.
El proceso de nacimiento puede ser también fuente potencial de trauma para la columna del bebé, siendo referido por muchos quiroprácticos como una de las primeras causas de problemas en las vértebras cervicales altas y fuente de problemas futuros para el niño.
Las constricciones intraútero y las complicaciones del parto dejan claro que el cuidado quiropráctico debería comenzar antes del nacimiento. El ajuste de la mujer embarazada crea un estado de equilibrio en la pelvis que permite al feto adoptar la posición que más reduzca el estrés en la columna en desarrollo y mejore el trabajo del parto.